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domingo, 4 de mayo de 2008

Maldita Resaca

El consumo de grandes cantidades de alcohol provoca un estado de embriaguez caracterizado por la desinibición social, la descoordinación muscular, la pérdida del sentido del equilibrio y la disminución de las capacidades cognitivas, entre otros efectos. Dado que actúa como un potente diurético, el alcohol favorece la producción de orina y lleva a la deshidratación. También causa desequilibrio de electrolitos, irrita el estómago y los intestinos de diversas maneras, dilata los vasos sanguíneos y disminuye la concentración de azúcar en la sangre.

Cuando la borrachera termina, aparece la resaca en un 75% de los casos. Pero… ¿por qué se produce?

La resaca es un trastorno leve pero muy molesto que se puede presentar después de haber consumido bebidas alcohólicas. El organismo se protege de la intoxicación y segrega unas enzimas que metabolizan y desechan las toxinas. Sin embargo, cuando los niveles de sustancias tóxicas son excesivos, la capacidad del organismo para metabolizar es menor y se producen los síntomas clásicos de resaca: una sed intensa, un persistente dolor de cabeza, visión borrosa, fatiga, mareos, dolor muscular, náuseas, acidez de estómago y malestar general.

El dolor de cabeza se debe principalmente a los productos tóxicos de degradación del alcohol, que aparecen en mayor cantidad en el cuerpo si el alcohol no es de buena calidad. Las molestias gástricas se deben a las erosiones en la mucosa del estómago producidas por el etanol y por otros subproductos de la fermentación del alcohol con actividad biológica llamados congéneres. Y serán mayores si ha habido mezcla de bebidas o si se han consumido combinados, pues su número será mayor. La sequedad de boca y la persitente sed se debe a que el alcohol disminuye la vitamina B1 del organismo y al efecto diurético ya mencionado.

Claro que la manera de beber puede empeorar la resaca: beber alcohol muy deprisa o sin diluirlo en bebidas no alcohólicas, con el estómago vacío o sin acompañarlo de alimentos o mezclando diferentes bebidas alcohólicas.

También pueden empeorarla otros factores ajenos a la propia ingesta de alcohol: el tabaco, la música muy alta, los destellos luminosos y un deterioro en la calidad y la cantidad de sueño que acrecentarán los dolores de cabeza.

Visto en Saber Curioso

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